Vacaciones mentales … ¿alguna vez ha pensado en tomarse unas? Bueno, es muy importante hacerlo, ya que es por nuestra salud y bienestar propio. ¡Entre y averígüelo!
Continuación:
Así decidas pasar unos días de asueto en una playa paradisíaca o un fin de semana holgando en casa, las vacaciones siempre empiezan en el mismo punto: en tu mente.
Si no es así, no hay vacaciones que valgan.
Las vacaciones son necesarias. Sirven para relajarse y renovar energías, para experimentar nuevas sensaciones, para conocer algo diferente, para compartir momentos divertidos… para lo que tú quieras, siempre y cuando vigiles el estrés.
¿Por qué empiezan en la mente?
Porque ahí se desarrolla el verdadero viaje. Un viaje en el que descansas de lo habitual y saboreas otras sensaciones, lo cual no sólo es saludable, sino necesario.
Comienzan tus vacaciones mentales
Si tu cuerpo flota en las aguas transparentes del mar, de la piscina, del balneario o de tu bañera, deja que tu mente disfrute la misma sensación.
He aquí algunas propuestas para que nuestra saturada mente sea la primera en estar de vacaciones:
- Relájate respecto a tus rutinas habituales: Descansa un poco de horarios estrictos y de tareas inexcusables.
- Relaja tu cuerpo: Camina más despacio, come más despacio, respira más despacio… Echa el freno.
- Piensa en lo agradable: Céntrate en lo alegre, en lo tranquilo, en lo que te haga sentir bien.
- Haz algo nuevo: Relajante o excitante, pero nuevo.
- Si no puedes ir de vacaciones, haz que las vacaciones vengan. Exacto. No tienes que desplazarte a ningún lugar específico para disfrutar de unos días de descanso.
Lo anterior no está reñido con cumplir con nuestras responsabilidades, porque la mayoría de nosotros las tenemos aun cuando nos tomamos unos días de vacaciones.
De lo que se trata es de procurar vivirlas aprovechando ese tiempo lo mejor que podamos. Y, sobre todo, de no volver de las vacaciones más estresados que cuando nos fuimos.
Imagen de JoshuaDavisPhotography
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