Todos pueden enriquecerse si siguen ciertos pasos, y en este artículo, le mencionaremos algunos principios que pueden generar riqueza.
Continuación:
George S. Clason, en su libro “El hombre más rico de Babilonia”, presenta cinco historias muy interesantes, la de Arkad, considerado el hombre más rico de Babilonia. La de Nosamir, hijo de Arkad. La de Maton, prestamista de oro y mercader de joyas y de telas exóticas. La de Dabasir, tratante de camellos, quien fue esclavo en Asiria. La de Sharru Nda, el príncipe mercader de Babilonia.
Principios aplicables mejoran la economía de las personas
Dentro de estas historias transmite principios aplicables para mejorar la economía de las personas. Porque todas las historias tienen algo en común; los personajes principales empezaron desde cero, o inclusive desde antes de cero, en algunos casos; porque algunos de ellos fueron esclavos, por imprudencia propia o ajena.
Reservando una parte de los ingresos para crear riqueza
Arkad tuvo la ventaja de recibir la enseñanza de un hombre rico, y la aplicó a su economía, reservando una parte de sus ingresos para crear su riqueza. Y la riqueza que se acumulaba se reinvertía generando más riqueza. Tuvo errores en sus inicios, por invertir su dinero sin inteligencia; por ejemplo, invirtió su dinero en joyas con alguien que no sabía nada de joyas; los fraudaron.
Invertir y asociarse con expertos en la materia
Aprendió que debía invertir y asociarse con expertos en la materia. Y logró enriquecerse, haciendo trabajar el dinero intensamente, en vez de hacerlo el mismo; contrario a lo que algunos de sus amigo de la infancia hicieron sin prosperar.
Una tabla grabada con los principios de la riqueza
Nosamir, hijo de Arkad, con su historia, transmite otra gran lección. Era costumbre heredar a los hijos, como hoy en día. Pero Arkad quiso hacer las cosas diferentes; le dio a su hijo una tabla grabada con los principios que él aplicó, y que lo convirtieron en el hombre más rico de Babilonia; y le dio un costal con monedas. Su hijo era muy joven, estaba por entrar en la edad adulta.
Le dijo que se llevara la tabla y el dinero, y volviera dentro de diez años; si mostraba que era capaz de recibir una herencia como la suya y darle buen uso la recibiría; de lo contrario su dinero pasaría a manos de los ministros de dios, esperando que tuviera mejor uso.
La sabiduría vale más que el dinero
Nosamir hizo malas transacciones, y terminó quebrado. No tenía oficio, sin embargo consiguió trabajo. Optó por leer el contenido de la tabla que le dio su padre, y aplicar esos principios. Al lapso de los diez años volvió, con más dinero del que le dio Arkad. Le devolvió su dinero, y le dio dos costales más, como una manifestación de que la sabiduría vale más que el dinero.
El dinero sin sabiduría se va rápido, y puede causar problemas. La sabiduría puede producir dinero y bienestar para las personas, y aquellos a quienes aman. Esta es la lección que aprendió Nosamir.
Mensaje interesante y esclarecedor
Y así cada una de las historias contiene algo interesante y un mensaje esclarecedor. Por ejemplo, la historia de Dabasir, tratante de camellos, quien fue esclavo en Asiria. Siendo joven se casó, pronto empezó a acumular deudas, al querer darle lo mejor a su esposa y disfrutar de las mejores cosas que ofrecía su mundo. Llegaron a tal punto sus deudas, al grado de devolver a su esposa a sus padres, e irse a la aventura, a buscar el modo fácil de hacer dinero.
Ese modo fácil lo llevó a perder su libertad y a la esclavitud. Estuvo a punto de que lo convirtieran en eunuco. Su ama lo ayudó a diferenciar entre la mentalidad de un esclavo y la de un hombre libre. Y en su momento lo ayudó a adquirir su libertad, para que demostrara que era un hombre, y que podía ser un hombre de honor.
Aplicándole leyes al dinero y administrándolo
Volvió a Babilonia, encontró la asesoría de Maton, un prestamista, quien le enseñó las leyes del dinero. Consiguió trabajo en su especialidad, los camellos. Acordó con sus acreedores pagarles con el 20% de sus ingresos poco a poco. El 10% lo fue ahorrando e invirtiendo. Y él y su esposa vivían con el 70%. Su fiel esposa volvió con él. Y se sujetó al plan de Dabasir, aunque en ocasiones se vieran apretados en sus gastos, y se abstuvieran de comer manjares.
Un hombre rico
Con el tiempo fueron aumentando sus inversiones y el dinero en su bolsillo. Se sentía un hombre tan ligero. Recuperó la confianza de sus amigos y familiares, y de aquellos a quienes debía dinero. Caminaba con la cabeza en alto. Y se convirtió en un hombre rico.
Las bondades del trabajo arduo, la libertad y la riqueza
La última historia, la de Sharru Nada, el príncipe mercader de Babilonia; explica las bondades del trabajo arduo, en la búsqueda de la libertad. Cuenta como el trabajo lo liberó de la esclavitud, y también lo llevó a la riqueza.
Garantía para el dinero
La historia de Maton, el prestamista de oro y mercader de joyas y de telas finas, encierra una gran enseñanza. Presta a quienes pueden pagar, la gente que produce dinero; y a aquellos que ofrecen una garantía con valor mayor al préstamo.
La mercancía del prestamista es su dinero
La mercancía del prestamista es su dinero, como lo es hoy para los bancos. Por eso es importante cuidarlo mucho, y tenerlo seguro. Invierte en varias cosas, jamás invierte todo en una sola, es muy riesgoso. Son parte de las enseñanzas que transmite esta historia y este libro.
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